El 8º día partimos de Quimper en diección a Locranan, un pueblo totalmente turístico al estilo de Rochefort en Terre, aunque más bonito, a mi juicio. Pasamos por las playas de Douamenez, donde ya se empezaban a ver trincheras y baterías antiaéreas de la II Guerra Mundial, convertidas ahora en museos.

Y llegamos a Dinan, una pequeña ciudad en el interior de Bretaña cerca de Saint Maló y del Mont Saint-Michel. Cogimos un hotel de la cadena Logis de France de nuevo, y cenamos el plato típico de toda la zona costera del norte de Bretaña y Normandía: los mejillones. No son como los que estamos acostumbrados en España. Son más pequeños, y los cocinan al vapor con salsas de todo tipo. Te ponen una cazuela entera, y terminas a reventar.
Y una vez cenados, nos fumos a ver Mont Saint Michel de noche. Casual y desafortunadamente, había un marathon nocturno y un atasco impresionante, pero el espectáculo nocturno de la abadía lo compensó sobradamente. Me parece uno de los lugares más impresionantes que he visto, y aún no lo habíamos visto de día. Dimos una vuelta por la roca, y esperamos al día siguiente para hace la visita interior.
Volvimos a descansar de un largo día, pues serían ya cerca de las 3 de la mañana cuando llegamos al hotel.
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