lunes, 1 de diciembre de 2008

De Blois a Angers


Este fue sin duda uno de nuestros días más lar
gos, pues la distancia entre Blois y Angers es considerable teniendo en cuenta que paramos en varios lugares de camino. El más destacado del día fue el Castillo de Chenonceau. Personalmente, es el rincon más especial y bonito de la ruta de los castillos, y eso se nota en la cantidad de gente que lo visita.

Paramos también en los castillos de Chaumont y Usse, situados en un mirador sobre el río Loira el primero, y en medio de un bosque el segundo.


A la hora de comer (crepes, para má
s señas) llegamos a Amboise, aunque no visitamos el castillo, lamentablemente, porque debe tener una colección de tapices maravillosa. Pero la falta de tiempo es lo que tiene.

Tours nos sorprendió gratamente. No pensabamos que tuviera tantas cosas para ver. La catedral es impresionante, y en toda la ciudad se respira un ambiente medieval. Una pena no disponer de más tiempo.

De camino a Angers paramos en la Abadía de Fontevraud, cerrada al público, y nos dirigimos a Angers. Los horeles que señalaban nuestra guía estaban completos y no encontrabamos alojamiento, hasta que desesperados y ya pensando que dormiríamos en el coche, encontramos un pub-hotel. Tenían una habitación en el ático de una casa que daba miedo: pasillos oscur
os y estrechos, zapatos por todo el pasillo (después nos enteramos que había un albergue), y una sensación de sitio super-cutre de la leche. Desconfiados, subimos hasta arriba, y nos quedamos a cuadros. La habitación era una buhardilla preciosa donde por supuesto nos quedamos, encima a precio de risa.

Y aquí finaliza la ruta del Valle del Loira. Siguiente etapa, Bretaña

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